Fotografiar, para mí, es una forma de atrapar en el tiempo lo intangible: una mirada cómplice, un gesto sutil, un recuerdo único e irrepetible. Una fotografía no solo captura lo visible: guarda una ausencia, un vacío, algo que no se dice pero que está. 

Es una manera de nombrar sin palabras esos instantes que se escapan, pero que, gracias a la imagen, podemos convertir en eternos. 

Me llamo Sílvia Escandell. Crecí entre Ripoll y Menorca, lugar en el que vivo actualmente. Desde muy pequeña aprendí a disfrutar de la fotografía de la mano de mi padre, quien me enseñó a experimentar sin miedo y a dar rienda suelta a mi creatividad. 

Mis fotografías tienen un enfoque documental. Creo en la belleza de lo espontáneo, en la autenticidad de las personas y de los momentos que simplemente suceden; solo hay que aprender a mirarlos. 

En mis sesiones, acompaño a las personas para que se sientan cómodas y puedan ser ellas mismas, sin poses rígidas ni artificios. Observo el momento para capturar esas miradas sinceras y gestos genuinos que nos hacen únicos. 

En cada experiencia fotográfica, mi cámara y yo nos convertimos en testigos discretos que revelan aquello que no se ve a simple vista, para crear recuerdos que perduren en el tiempo.